El mundo, según Bochaca
Desde el primer día en que fue publicado este blog, la sección de comentarios del mismo fue bombardeada por una cantidad inusual de mensajes, cientos de ellos, literalmente hablando. Y una gran cantidad de ellos, como si se hubiesen puesto de acuerdo sus autores, eran para alabar a Joaquín Bochaca como si fuese el gran revelador iluminado de grandes misterios y grandes verdades. En estos comentarios no hubo uno solo en los cuales se respondiese documentalmente a las observaciones hechas también documentalmente por Spectator a los aspectos cuestionables de sus libros que le quitan credibilidad.
Ninguna bitácora de esta naturaleza tiene capacidad para dar cabida a mil ó 2 mil comentarios, como tampoco fue diseñada para darle cabida a ensalzamientos inmerecidos de autores revisionistas fascistas de línea dura como Joaquín Bochaca. Los comentaristas han omitido hacer referencia alguna al propósito central de la labor de Spectator que no es desmantelar punto por punto, página por página, párrafo por párrafo, la propaganda elaborada por el barcelonés que anhela el retorno de la Falange al poder en España y el regreso a la forma en que se vivía en España bajo la bota del dictador perpetuo Francisco Franco. Esa no es la misión de Spectator. El propósito de Spectator es exponer y exhibir el desarrollo de una peligrosísima conspiración urdida desde hace más de medio siglo en las regiones más ultraconservadoras de México, la cual se está enraizando en el poder federal de México y amenaza con extenderse fuera de México si no se hace algo para detenerla. Esta conjura está basada ideológicamente en la misma literatura elaborada por autores revisionistas como Joaquín Bochaca, Salvador Borrego y Traian Romanescu. Es la materia prima con la cual reclutan a sus seguidores que creen y aceptan todo lo que les dicen estos anacoretas revisionistas creyendo en la buena fé de ellos sin cuestionarles nada. El que esta propaganda esté basada en una tramoya de verdades, medias verdades, y falsedades notorias, es un bono extra para exhibir las debilidades sobre las cuales está basada la conspiración que está en estos momentos en marcha, máxime que ninguna causa por justificada que parezca puede basarse en patrañas por las que no vale la pena arriesgar la vida ni andarle jurando lealtad perpetua a otros vivales que están dispuestos a mandarlos matar en cuanto sospechen que sus lacayos se quieren salir de la trampa al darse cuenta del engaño. Pero ultimadamente ni Bochaca ni Borrego ni Romanescu son el objetivo final de Spectator, como el propagandista Nazi Julius Streicher tampoco fué el principal objetivo de las Fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial.
El que los comentaristas apologistas de Joaquín Bochaca omitan hacer mención al verdadero propósito de Spectator que ha sido y sigue siendo la exposición de la conjura hace suponer que ellos seguramente están de acuerdo con que esta conspiración se siga llevando a cabo, y de seguro hasta les dá gusto. Seguramente están felices de ver lo que la ultraderecha ha avanzado en México gracias a esta conspiración. La misma invasión Nazi de Europa no era más que una conspiración para imponerle eventualmente al mundo entero el yugo Nazi, a la que se ha dedicado a justificar Bochaca. Cuando Hitler invadió a Francia para extender su imperio, allí estuvo Philippe Pétain para recibir a los invasores dándoles la bienvenida con los brazos abiertos. Y lo mismo hizo el noruego Vidkun Quisling al entregarle su patria a Hitler. Contra este tipo de traiciones los apologistas de Bochaca no emiten crítica alguna; por el contrario, los alaban al igual que como lo hace su maestro Bochaca. Y en cuanto a España toca, de seguro también verían con muy buenos ojos la fundación de sociedades secretas de ultraderecha en España como los Tecos y el Yunque para repetir lo que está ocurriendo en México y así garantizarle al Franquismo de núcleo duro su retorno al poder. Hay razones para sospechar en la posibilidad de que esto ya está ocurriendo. Siendo así, no se les puede calificar menos que traidores a su propia patria, a su propio pueblo, a su propia nación. Y los espacios de Spectator no son un espacio de bienvenida para este tipo de gente. Razón por la cual, pese a que siempre ha sido la intención de Spectator de dar cabida a todos los puntos de vista, inclusive los contrarios, sólo será publicados aquí aquellos comentarios que tengan alguna substancia que valga la pena comentar o criticar, rechazando la publicación de lo que a fin de cuentas viene siendo propaganda apologética barata venida de gente fanática que por un lado cree en la fantasía de “la gran conspiración judía masónica comunista” y que por el otro no tiene objeción o remordimiento alguno en que algo igual se esté llevando a cabo en estos momentos en su propio país para garantizarle a la extrema derecha su expansión alrededor del mundo clavándole un puñal en la espalda a su propia patria sin medir las consecuencias.
El incansable Joaquín Bochaca, sentado cómodamente la mayor parte de su vida recolectando millares de datos aquí y allá y acomodándolos, reajustándolos o maquillándolos según se requiera para reinventar toda la historia desde el principio hasta el presente a la luz de “la gran conspiración judía masónica comunista”, ha escrito otros libros además del libro Historia de los Vencidos, tales como el libro Los crímenes de los “buenos”. El título Los crímenes de los “buenos”, como lo demuestra el uso de las comillas entre las cuales Joaquín Bochaca puso la palabra “buenos”, es un sarcasmo que se revela por sí mismo, porque los “buenos” a los que en forma irónica y despectiva se refiere así Bochaca son los tres principales líderes de las potencias aliadas que le impidieron a Hitler apoderarse de Europa, cuyas fotografías aparecen puestas en forma prominente en la portada del libro:
Joaquín Bochaca muy bien podría haber escrito otro libro “gemelo” para acompañar a éste, con un título como La grandeza de los “malos”, ensalzando como gloriosos salvadores de la humanidad a los Nazis alemanes y a los fascistas de Italia y España así como los militares japoneses que ansiaban apoderarse de Asia. Porque en el limitado cerebro de Joaquín Bochaca, el mundo del siglo XX estaba claramente dividido en buenos y malos. Para Joaquín Bochaca, los verdaderamente malos fueron el Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt, el Primer Ministro inglés Winston Churchill, y el dictador soviético Stalin, mientras que los verdaderamente buenos fueron el dictador alemán Adolfo Hitler, el dictador español Francisco Franco, y el dictador italiano Benito Mussolini. Y estos últimos, desde la óptica de Joaquín Bochaca, nunca incurrieron en atrocidades de guerra, nunca fueron agresores, jamás hicieron mal a nadie y siempre actuaron a la defensiva en contra de “la gran conspiración judía masónica comunista”. El mundo de Joaquín Bochaca es un mundo muy sencillo en el que sólo existen los colores negro y blanco, no existen otros colores y ni siquiera los tonos de gris; todo debe ser interpretado en blanco y negro, con los “buenos” puestos en el lado negro y los “malos” en el lado blanco.
En toda guerra, indudablemente se cometen excesos y atrocidades en ambos bandos. Pero para Joaquín Bochaca, en la Segunda Guerra Mundial los únicos que incurrieron en excesos y atrocidades fueron los líderes de los países aliados, mientras que de los del otro bando no hay absolutamente nada malo que decir, y si hay algo malo que decir de cualquiera de ellos pues entonces simplemente se borra eso y asunto arreglado, como si nada hubiese ocurrido. En realidad, Joaquín Bochaca nació fuera de época, porque de haber nacido unas dos dédadas antes habría sido un excelente corresponsal de guerra al servicio de los países del Eje, dando únicamente la versión de ellos tal y como hoy lo hace. Habría sido un excelente propagandista.
Asentado lo anterior, echemos un vistazo a la tabla de contenidos del libro Los crímenes de los “buenos”, el cual está subdividido en tres partes (bastará con sólo leer los primeros títulos para darse cuenta de que Bochaca lo maneja todo como una “gran conspiración judía comunista” en contra de Alemania):
Prólogo
Parte I.-
La responsabilidad de Alemania en el desencadenamiento de la guerra.
Judaismo y III Reich.
Ofensiva diplomática del Sionismo contra Alemania.
Intensificación de la ofensiva Sionista y presión sobre varios gobiernos.
La política exterior de Hitler.
El pacto Franco-Soviético.
Las democracias echan a Mussolini en brazos de Hitler.
Remilitarización de Renania.
1937: Año de transición.
El “Anschluss”.
Del discurso de la cuarentena a la conferencia de Evian.
Radicalización de posiciones en 1938.
Checoeslovaquia: Rompecabezas político.
El Pacto de Munich.
El fin de Checoeslovaquia y el salto a Praga.
La “Kristalnacht”
El clan belicista.
El giro Copernicano de la city y la “Drang Nach Osten”
Manipulación de patriotismo polaco.
El cheque en blanco.
Pío XII, el Papa de la Paz.
Cuatro millones y medio de rehenes.
Una carrera cuya meta es Moscú.
La cuenta atrás.
Polonia, Polonia ...!!!
Cómo se declara una guerra democráticamente.
¿Porqué?
La guerra idiota.
La guerra contra los neutrales.
Ataque alemán a Rusia.
Eliminación del concepto de neutralidad.
Las maniobras de Roosevelt.
La carta del Atlántico.
La encerrona de Pearl Harbour.
La Guerra Mundial.
Parte II.-
Los crímenes de guerra.
El calvario de los civiles alemanes en Polonia.
El ataque a la estación de Gleiwitz.
Mandel, asesino de prisioneros.
Varsovia y Rotterdam, o la guerra de franco-tiradores.
La guerra del Habre.
Crímenes navales.
Los aliados y las leyes de guerra.
El terrorismo aéreo.
La guerra de partisanos.
Matanzas de prisioneros.
Matanzas de civiles.
Parte III.-
Los crímenes contra la humanidad.
El saqueo de Alemania.
Los consejos de la venganza.
Dos actitudes.
Sevicias contra la población civil.
Deportaciones masivas de alemanes en el Este de Europa.
La “reeducación” de Alemania.
El caso Wiesenthal.
Tráfico de esclavos en el siglo XX.
Patton y Morgan.
Los “Auslandsdeutsche”.
Los expolios territoriales.
El extraño caso de Austria.
La operación “Keelhaul”.
La liberación de Europa.
El caso de Italia.
Las paradojas inglesas.
Resumen numérico de los crímenes de los buenos.
Los buenos y los intelectuales.
Finis coronat opus.
Epílogo: Los Zánganos
Bibliografía
Con sólo leer la tabla de contenidos, varias cosas destacan de inmediato. En la tercera parte del libro, tenemos, por ejemplo, un “Resumen numérico de los crímenes de los buenos”, o sea de los crímenes cometidos por las fuerzas aliadas. Pero no hay ningún “Resumen numérico de los crímenes de los vencidos”, o sea de los Nazis alemanes, porque bajo la óptica de Bochaca los Nazis no cometieron atrocidad alguna ni fueron culpables jamás de crimen alguno. No intentó meter aquí un contrapeso ni siquiera para darle algún viso de neutralidad o imparcialidad a su libro.
En el prólogo del libro Los crímenes de los “buenos” tenemos el revisionista Bochaca nos advierte que hay dos versiones de la historia: la versión “oficial” y la versión “verdadera”. Y la suya, su versión, es desde luego la versión “verdadera”, mientras que para él (y otros como él) el resto no son más que una maraña de mentiras hábilmente manipuladas:
Desde hace treinta y siete años, vivimos en plena falsificación histórica. Una falsificación muy hábil (¿?); para empezar, arrastra a las imaginaciones populacheras (¿?); luego se apoya sobre la conspiración de esas mismas imaginaciones. Se empezó por decir: he aquí cuan bárbaros eran los vencidos de la última guerra mundial que, además, se desató por su culpa excesiva. Luego se añadió: acordaos de cuánto habéis sufrido, los que padecisteis su ocupación, y de cuanto pudierais haber sufrido, los que no fuisteis invadidos por haber preservado vuestra neutralidad los nobles Aliados. Se inventó (¿?), incluso, una filosofía de esa falsificación. Consiste en explicarnos que lo que unos y otros eran realmente no tiene ninguna importancia; que sólo cuenta la imagen que se había creado, y que esta tranposición es la única realidad. Un par de centenares de vividores (¿?) de la prensa, la radio y la televisión, creadores a tanto alzado de la llamada Opinión Pública Mundial quedaban, de esta guisa, promocionados a la existencia metafísica.
Pero yo creo, tozudamente, estúpidamente, en la Verdad. (En la “Verdad” de “la gran conspiración judía masónica comunista”, esto es. Estaremos de acuerdo con el uso de la palabra estúpidamente cuando el fascista neo-Nazi Joaquín Bochaca se la aplica a sí mismo.) Quiero creer en la Verdad. Me empeño en creer que acaba por triunfar de todo, incluso de la imagen que se ha creado industrialmente. Y que triunfará cuando llegue el Nuevo Amanecer, que probablemente no veremos, ni esta generación ni la próxima, ante el maniqueísmo imperantes en nuestra época, con unos ángeles de la Virtud (con brazaletes de svásticas en sus brazos) y unos réprobos derrotados por aquellos.
Si empezamos a hojear al azar este voluminoso libro de Joaquín Bochaca, en las páginas 15 y 16 (Primera Parte, La Responsabilidad de Alemania en el Desencadenamiento de la Guerra) de Los crímenes de los “buenos” encontramos lo siguiente:
Según investigaciones del Doctor Laughlin, del Instituto Carnegie, Franklin Delano Roosevelt pertenecía a la séptima generación del hebreo Martenszen Van Roosevelt, expulsado de España en 1620 y refugiado en Holanda, de donde emigró, en 1650 o 1651, a las colonias inglesas de América. El publicista judío Abraham Slomovitz publicó en el Detroit Jewish Chronicle que los antepasados judíos residían en España en el siglo XVI y se apellidaban Rosacampo. La familia Rosacampo -- Van Roosenvelt -- Roosevelt sólo se mezcló, desde su llegada a América con Jacobs, Isaacs, Abrahams y Samuels. Cuando murió la madre del Presidente Sarah Delano, el periódico “Washington Star” publicó un artículo sobre las actividades de la familia Roosevelt desde su llegada a América, que coincidía plenamente con los testimonios que acabamos de citar. El muy acreditado y filosemita New York Times recogía unas manifestaciones de Roosevelt en las que reconocía su origen hebreo. A mayor abundancia de detalles, la esposa del Presidente, Eleanor Roosevelt, prima suya, era igualmente judía y fervorosa sionista, tal y como lo proclamó ella misma en infinidad de ocasiones. (¿?)
Primero que nada, no existe absolutamente ninguna evidencia de que la esposa del Presidente Roosevelt, Eleanor Roosevelt haya sido judía. Si lo era, esto es algo que los mejores historiadores de la Unión Americana desconocen, esto es algo que sólo Joaquín Bochaca y sus amigotes neo-Nazis lo saben, y hasta la fecha jamás han presentado prueba alguna de que demuestre lo que dicen aquí. Por otro lado, si ella misma proclamó en infinidad de ocasiones que era judía y “fervorosa sionista”, Bochaca debería haber citado por lo menos una sola de esas ocasiones en las cuales ella haya proclamado ser judía y fervorosa sionista (las vidas del Presidente Roosevelt y de su esposa Eleanor así como casi todo lo que alguna vez dijeron en público están extraordinariamente bien documentadas, y es relativamente fácil investigar y corroborar lo que alguna vez haya dicho cualquiera de ellos en público en cierto día). Pero Bochaca no cita ni siquiera una sola de esas “numerosas ocasiones” en las cuales la Primera Dama Eleanor Roosevelt haya proclamado ser judía y “fervorosa sionista”.
Y en lo que respecta a la afirmación de Joaquín Bochaca de que Anna Eleanor Roosevelt era prima de Franklin Delano Roosevelt sugiriendo con ello una relación incestuosa en consonancia con el mito ampliamente propalado por la ultraderecha de que los judíos y las judías sólo se casan entre sí y nunca se casan con no-judíos para “preservar la pureza de la sangre” (como si fuesen Nazis “arios”), su árbol genealógico indica que a través de su padre Elliot Roosevelt ella era prima en quinto grado (en Estados Unidos se le llama fifth-cousin once removed) de Franklin Delano Roosevelt, y por lo tanto bastante alejada en su árbol genealógico de su esposo. De cualquier manera, de haber existido algún parentesco cercano entre ambos cónyuges cuando se casaron el 17 de marzo de 1905 (la festividad del Día de San Patricio), la puritana sociedad norteamericana de inicios del siglo XX se habría escandalizado a tal grado que le hubiera sido imposible a Franklin Delano Roosevelt el poder aspirar a la Presidencia de los Estados Unidos. Si hemos de hablar acerca de relaciones incestuosas, Bochaca podría muy bien haber hablado en su libro acerca de una presunta relación incestuosa de la cual nunca habla en ninguno de sus libros, la degenerada relación incestuosa de Adolfo Hitler con su propia sobrina co-sanguínea Angelika “Geli” Raubal (hija de Paula Raubal, cuyo nombre de soltera era Paula Hitler):
cuyo extraño “suicidio” sigue despertando sospechas entre eminentes historiadores ya que se le encontró “suicidada” con una bala procedente de la pistola de su tío. (Se dá por hecho que todas las evidencias que existían y que habían sido recabadas por la policía que apuntaban hacia Hitler como el principal sospechoso de haber asesinado con su propia pistola a su sobrina haciendo pasar dicho crimen pasional-familiar como un suicidio fueron recogidas y destruídas por la Gestapo o por las SS en cuanto Hitler llegó al poder, con los policías involucrados en aquella investigación silenciados para siempre al típico estilo Hitleriano.) Pero de estas cosas nunca trata Joaquín Bochaca porque el propósito de su vida es limpiar la imagen de Hitler, no demeritarla de ninguna manera.
La fuente citada por Joaquín Bochaca para parte de las aseveraciones que puso en este párrafo supuestamente fueron tomadas de un obscuro tracto que Bochaca titula I testify de un igualmente obscuro autor de nombre Robert Edward Edmondsson. Spectator debe señalar a sus lectores que Bochaca mutiló deliberadamente el título del libro citado. El título I testify así como está dado puede producir la impresión errónea de que se trata de un soldado o un historiador testificando ante una Comisión Senatorial del Congreso norteamericano o testificando ante un tribunal de justicia acerca de hechos de los cuales Robert Edward Edmonson era testigo de primera mano. Pero el título completo no mutilado del libro es I testify against the Jews (Yo testifico en contra de los judíos). ¡No en vano Bochaca, queriendo causar la impresión entres sus lectores de que está utilizando fuentes neutrales e imparciales, mutiló el título completo del libro! Y de hecho, el libro citado no es obra de un solo autor, es obra de dos autores (hecho ocultado también por Bochaca de sus lectores), siendo el otro autor el senil y decrépito antisemita Eustace Mullins:
A estas alturas, muchos lectores ya estarán sospechando que el tal Robert Edward Edmonson y su compinche Eustace Mullins no son más que otros escritores ultraderechistas al igual que Bochaca, adherentes de la estrambótica fábula de “la gran conspiración judía masónica comunista”. ¡Y estarán en lo correcto!
Normalmente, Spectator llevaría a cabo aquí la destrucción de los argumentos presentados arriba por Joaquín Bochaca con los cuales intenta “probar” el presunto “judaísmo” del Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt. Pero no será necesario que lo haga. Ya se encargaron de hacerlo los extraordinarios académicos de la Alianza Estudiantil Prometeo de la Universidad Iberoamericana en la sección El ideólogo más siniestro de México dentro de su trabajo pionero titulado La Ultraderecha Mexicana: Semillas del Odio. Y como podrá comprobarse con las citas tomadas del endurecido fascista Salvador Borrego, se trata de los mismos materiales, las mismas mentiras, las mismas invenciones, repetidas una y mil veces hasta el cansancio por todos los que se dedican a elaborar este tipo de basura con la esperanza de que a fuerza de tanta repetición serán tomadas como verdades indiscutibles.
Inmediatamente tras el párrafo anterior tomado del libro de Bochaca, en la página 16 (Primera Parte, “La Responsabilidad de Alemania en el Desencadenamiento de la Guerra”) en el mismo libro encontramos lo siguiente:
Y si Roosevelt, de origen judío y asesorado por judíos, dependía, en última instancia, del Money Power -- el Poder del Dinero -- representado por banqueros como Warburg, Kuhn, Loeb, Otto H. Kahn y Rockefeller, también directamente dependía de los hombres y las Fuerzas que habían financiado su aparatosa campaña electoral. El documentadísimo Henry Coston los menciona: Bernard Mannes Baruch -- decididamente omnipresente -- y su hermano Hermann; William Randolph Hearst (Hirech), el magnate de la Prensa; los banqueros Guggenheim y Vanderbilt; los hermanos Percy y Jesse Strauss, de los mastodónticos almacenes Macy's;, Joseph E. Davies, de la General Motors; Joseph P. Kennedy; la United States Steel; la familia Morgenthau, los prohombres sionistas Untermeyer y John J, Raskob; Morton L. Schwartz; Averell Harriman y la J. Reynolds Tobacco. Exceptuando al irlandés Kennedy y -- parcialmente -- a la R. J. Reynolds Tobacco, los demás individuos y entidades citados son Judíos. Entre los financiadores de menor cuantía la proporción de judíos, especialmente sionistas, era abrumadora.
Sin necesidad de entrar a fondo en éste párrafo de Joaquín Bochaca, descubrimos de inmediato varios agujeros.
En primer lugar, Bochaca cita entre su lista de simpatizantes y asesores del “judío” Roosevelt al magnate “judío” de la prensa norteamericana William Randolph Hearst, el inventor del “amarillismo periodístico” basado en el sensacionalismo fabricado de las notas para promover las ventas de los ejemplares del periódico a gran escala, un extravagante magnate popularizado por Orson Wells en la película Citizen Kane. Pero aquí hay algo que no sólo está errado, sino fundamentalmente errado, por el hecho de que William Randolph Hearst no era ningún judío. Si lo era, esto es algo que sólo Joaquín Bochaca y sus amigotes neo-Nazis lo saben, y hasta la fecha no han presentado ninguna prueba de que William Randolph Hearst haya sido judío. Pero no sólo ésto, sino que además tenemos el hecho de que William Randolph Hearst llegó a ser acusado de ser un simpatizante del gobierno Nazi de Alemania, y señalado como el autor de una nota -denunciada como libelo- publicada en sus medios contra del gobierno soviético por la hambruna padecida en Ucrania entre 1932 y 1933 (muchos literatos neo-Nazis de hoy utilizan los materiales de esta nota amarillística para documentar los crímenes de los “buenos” sin saber que provienen de alguien que al mismo tiempo es señalado por ellos mismos de haber sido judío).
Por si lo anterior fuese poco, Bochaca pone como prominente “judío” a otro famoso empresario norteamericano, Cornelius Vanderbilt, cuyo árbol genealógico está ampliamente documentado, y del cual se puede comprobar que Cornelius Vanderbilt tampoco era un judío. De hecho, la ascendencia de Cornelius Vanderbilt se puede rastrear hasta la cuarta generación, a su gran tatarabuelo Jan Aertson, un humilde granjero holandés de la villa de De Bilt en la provincia de Utrecht. Si Cornelius Vanderbilt era judío, esto es algo que sólo Joaquín Bochaca y sus amigotes neo-Nazis lo saben, y hasta la fecha tampoco han presentado prueba alguna de que Cornelius Vanderbilt haya sido judío.
Bochaca cita también a la poderosa compañia “judía” United States Steel. Ya que la cita, veamos sus antecedentes. Dicha compañía fue fundada inicialmente por Andrew Carnegie, considerado como el segundo hombre más rico en la historia de los Estados Unidos, un filántropo escocés de orígenes humildes cuya generosidad es proverbial hoy en día entre la sociedad norteamericana, el cual no era ningún judío. El emporio industrial fundado por Andrew Carnegie fue comprado por el poderoso financiero norteamericano John Pierpont Morgan el cual no era judío (pertenecía a una familia adeherente de la religión Episcopal) y por Elbert Henry Gary el cual tampoco era judío.
Esto ya es demasiado. Hay demasiados “judíos” donde nunca los hubo, y hay demasiadas afirmaciones de que eran judíos sin presentar prueba alguna de que lo eran. De nueva cuenta, Joaquín Bochaca nos está mintiendo. No conforme con habernos mentido en su mamotreto de dos tomos La Historia de los Vencidos, Bochaca vuelve a las andadas y nos sigue mintiendo deliberadamente en su libro Los crímenes de los “buenos”. ¿Es que acaso éste hombre no sabe hacer otra cosa que mentir? ¿Éso fué lo que le enseñaron a hacer sus padres en la España bajo la ultraderechista dictadura franquista?
Todo lo anterior nos obliga a dirigirnos a las “doctas” referencias que Joaquín Bochaca cita en su bibliografía que a fin de cuentas nos están resultando ser una pirámide de patrañas. Tenemos que remitirnos directamente al “documentadísimo Henry Coston” y al libro de éste consultado por Bochaca.
¿Quién exactamente es el tal Henry Coston del cual Joaquín Bochaca parece tener un concepto altísimo? ¿Es un Doctor en Historia dando clases en Oxford? ¿Es un Premio Nóbel de Economía? ¿Es un ganador del Premio Pulitzer? Nada de esto. Resulta que Henry Coston era un ultraderechista en el pleno sentido de la palabra, inventor de mil mentiras con tal de apuntalar la teoría bizarra de “la gran conspiración judía masónica comunista”. El libro de este literato de la extrema derecha que está siendo citado por Bochaca es el siguiente, Les financiers qui menent le monde: La Haute Banque et les Trusts (Los financieros que mueven al mundo: La Alta Banca y los Trusts)::
y el cual tiene tantas falsedades que para exponer tan sólo una pequeña parte de ellas se requeriría una bitácora diez veces mayor que esta. Esto nos explica el por qué el párrafo tomado del libro de Bochaca tiene tantos agujeros. De cualquier modo, Joaquín Bochaca sabe perfectamente la clase de literatura que está citando, y no debe quedarnos duda alguna de que no se trata de errores involuntarios que él haya cometido creyendo ingenuamente en los datos que otros como él están inventando. Bochaca conoce de sobra la falsedad de los datos inventados por Henry Coston, y aún así los metió en su libro dándolos como cierto (que al fin y al cabo la clase de auditorio para los cuales está escribiendo sus libros Joaquín Bochaca no son gente brillante que se meta a investigar a fondo sus afirmaciones).
Posiblemente si nos metemos más adentro del libro Los crímenes de los “buenos” encontraremos algo de verdad en este monumental libelo de Joaquín Bochaca. Vayámonos a la página 254 en donde en la parte III bajo el capítulo “La liberación de Europa” encontramos lo siguiente:
Al término de la guerra, en Grecia hubo los habituales ajustes de cuentas y las típicas venganzas personales, encubiertas bajo la capa del patriotismo. Casi inmediatamente, y a pesar de que en Moscú Churchill y Stalin habían pactado que este país quedaría bajo la influencia británica, se desató una auténtica guerra civil, entre comunistas y nacionalistas. En las zonas ocupadas por los comunistas, en Tracia, se procedió a sistemáticas matanzas para eliminar a los “enemigos de clase”. Hubo unas diez mil ejecuciones sumarias. Finalmente, los nacionalistas, apoyados por los ingleses, lograron reducir la insurrección comunista, apoyada por los soviéticos desde Bulgaria. No cabe la menor duda razonable de que, (de) haber triunfado la insurrección comunista, la depuración que hubiera conocido Grecia hubiera sido mucho más severa. Conviene mencionar que los dirigentes del Partido Comunista -que, pese a haberse comprobado que había intentado derrocar al Gobierno “legal” continuó autorizado- eran Lazzaridis, Gavrilidis (Gabriel), Daniellidis (Daniel), Efraimidis (Efraín) Benaroggias (Ben Aaron) y, por encima de todos, Motzas, también judío y Jefe del Buró Político del Partido.
Esto último le puede llamar la atención a un historiador profesional, porque parece documentar -por fín- al menos en parte el alegato de una “gran conspiración judía masónica comunista” como siempre lo ha sostenido la ultraderecha fascista de la cual Joaquín Bochaca es uno de sus expositores máximos. Sin embargo, un historiador profesional se preguntará aquí: ¿de dónde está sacando Joaquín Bochaca este último dato? La respuesta: del libro Amos y Esclavos del Siglo XX de nadie menos que del mendaz Traian Romanescu. Del mismo mentiroso y falaz Traian Romanescu al cual Spectator ya le dedicó un estudio. Con esto, por sí solo, se le viene abajo a Joaquín Bochaca la “respetabilidad” y la “integridad académica” que le quería dar a este libro suyo. Pero esto no es lo único con lo cual Joaquín Bochaca se demerita a sí mismo. Pese a estar citando a nadie menos que al famoso (entre los círculos neo-Nazis) Traian Romanescu, no lo menciona en lo absoluto dentro de su voluminosa bibliografía puesta al final del libro, y ello pese a que lo vuelve a citar (previamente antes del párrafo arriba señalado) como lo hace en la página 253 de su libro, en donde su cita 658 es referenciada a otro libro de Traian Romanescu titulado “La Gran Conspiración Judía”. Ni el libro “La Gran Conspiración Judía” ni el libro “Amos y Esclavos del Siglo XX” aparecen listados en la bibliografía puesta al final del libro de Bochaca. Como tampoco incluye dentro de su bibliografía a los Protocolos de los Sabios de Sión ni lista al libro El Judío Internacional de Henry Ford ni lista a autores fascistas como Salvador Borrego Escalante ni incluye muchos otros “libros de texto” y otros autores típicos del sub-mundo de la extrema derecha. ¿Por qué? La única respuesta: con el deliberado propósito de que los lectores que se dirijan primero a la bibliografía puesta por Joaquín Bochaca en su libro Los crímenes de los “buenos” no se percaten de que ésta obra suya está basada en las creencias y los textos de la ultraderecha. Esta es otra trampa habilidosa montada por el infernal pseudo-historiador de Barcelona que ahora aquí cae desbaratada en mil pedazos ante nuestros ojos. De hecho, esta es una treta que no se le ocurrió a Bochaca al escribir su mamotreto de dos tomos La Historia de los Vencidos. Cuando se llevó a cabo el análisis de aquél libro la naturaleza ultraderechística de la bibliografía de Bochaca saltaba a la vista de inmediato sin mucha dificultad. Pero en Los Crímenes de los Buenos, Bochaca cambia de táctica y mete en su bibliografía a cronistas e historiadores de la Segunda Guerra Mundial que podrán ser anticomunistas pero ciertamente no simpatizantes del Nazismo. Esto es una muestra de la capacidad camaleónica de este endurecido literato neo-Nazi. Sin embargo, en la bibliografía de Los crímenes de los “buenos” Joaquín Bochaca se cita a sí mismo incluyendo como material de referencia La Historia de los Vencidos con lo cual “jala” e incorpora todas las conocidas referencias ultra radicales como Salvador Borrego y Traian Romanescu.
Sabiendo ya de qué pie cojea Joaquín Bochaca, no debe de asombrarnos el que dentro de su libro encontremos afirmaciones como la siguiente puesta en el Epílogo:
En las páginas precedentes hemos hablado extensamente del cuatro veces Presidente de los Estados Unidos. El hombre del árbol genealógico está plagado de apellidos judíos.
Desmeritadas las pruebas ofrecidas por Bochaca al principio de su libro para “demostrar” el supuesto judaísmo del Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt, aquí en este párrafo colocado en el Epílogo Joaquín Bochaca vuelve a insistir sobre el tema, pero ahora argumentando que es judío porque su árbol genealógico está plagado de apellidos judíos. Al menos aquí pudiera haber elaborado un croquis sobre el árbol genealógico del Presidente Roosevelt para demostrar su punto, algo que le debería de haber resultado fácil si realmente el árbol genealógico de Roosevelt estaba “plagado de apellidos judíos”. Pero no lo hizo. ¿Pueden adivinar los lectores el por qué?
En la parte III de su libro, en el capítulo “Sevicias contra la población civil”, al hablar de “sevicias contra la población civil” Bochaca no se está refiriendo a algo como lo siguiente:
porque para el fascista Joaquín Bochaca esta es gente que no merece respeto ni consideración alguna por ser todos ellos -según él- “conspiradores judíos” ansiosos por apoderarse del planeta e instalar una monarquía. ¡Y que conste que Joaquín Bochaca, según él mismo lo afirma, no es antisemita! ¿Quién podrá acusarlo de tal cosa, cuando él sólo está cumpliendo con su “sagrada” obligación “nacionalista” de denunciar a “la gran conspiración judía masónica comunista” aunque sea recurriendo a falsedades e infundios?
¿Y qué decir de fotografías como las siguientes que describen mejor que mil palabras los horrores que encontraron las fuerzas aliadas al entrar en los campos de concentración Nazis? ¿Qué tienen que decir acerca de estas evidencias documentales tipos como Joaquín Bochaca, Salvador Borrego, Traian Romanescu y otros de su especie?:
Sobre estas evidencias documentales (las cuales rara vez aparecen reproducidas en los textos de la ultraderecha) las “justificaciones” dadas por los revisionistas varían. Quizá la más hipócrita de todas ellas consiste en afirmar que esas fotos de internos muertos de hambre “son de prisioneros alemanes en los campos de desnazificación” y que las pilas de cadáveres no son de los muertos acumulados por millares en los campos de concentración Nazis sino de “los millones de alemanes que fueron castigados por las tropas aliadas con los atroces bombardeos sobre las ciudades alemanas”, convirtiendo con ello a los victimarios en víctimas. En pocas palabras, todas las víctimas son alemanes, no pueden ser judíos porque para ellos el Holocausto judío nunca ocurrió. Y los pocos literatos ultraderechistas que reconocen que esas fotos efectivamente sí son de gente que había sido hecha prisionera por los Nazis se sacan de la manga otro argumento igualmente hipócrita, el argumento de que se trata de un “castigo justiciero” que los detenidos se tenían bien merecido por ser -de acuerdo al fraudulento libelo Los Protocolos de los Sabios de Sión- “conspiradores hebreos”.
Si hemos de hablar de “sevicias en contra de la población civil”, muy bien podríamos hablar de los bombardeos que los alemanes estuvieron llevando a cabo no en contra de objetivos militares sino en contra de la población civil de Londres. La cantidad de muertos a causa de estos bombardeos indiscriminados llevados a cabo bajo órdenes directas de Hitler de matar a la mayor cantidad posible de civiles hubiera sido sin lugar a dudas altísima de no haber sido por una serie de túneles a prueba de bombas construídos por el gobierno británico a 30 metros de profundidad en el centro de Londres en 1940, los famosos “túneles Kingsway” que se extienden por un kilómetro y medio:
Si hemos de hablar de “sevicias en contra de la población civil”, muy bien podríamos hablar de los bombardeos que los alemanes estuvieron llevando a cabo no en contra de objetivos militares sino en contra de la población civil de Londres. La cantidad de muertos a causa de estos bombardeos indiscriminados llevados a cabo bajo órdenes directas de Hitler de matar a la mayor cantidad posible de civiles hubiera sido sin lugar a dudas altísima de no haber sido por una serie de túneles a prueba de bombas construídos por el gobierno británico a 30 metros de profundidad en el centro de Londres en 1940, los famosos “túneles Kingsway” que se extienden por un kilómetro y medio:
En cambio en Alemania, aunque se contaba con todos los medios necesarios para construir una amplia red de túneles para proteger a la población civil alemana de los bombardeos de las fuerzas aliadas, si bien Hitler no ordenó la construcción de un solo túnel -muy posiblemente con la deliberada intención de utilizar como propaganda las bajas causadas entre la población civil alemana por los bombardeos aliados tal y como hoy lo hacen sus apologistas como Salvador Borrego y Joaquín Bochaca-, Hitler sí ordenó la construcción de un bien equipado búnker con todas las comodidades posibles en Berlín, el mismo en el cual a fin de cuentas Hitler se pegó cobardemente un balazo en la cabeza antes que salir de su madriguera a dar la cara. ¡Pero que nadie diga jamás ante pseudo-historiadores revisionistas como Joaquín Bochaca que los Nazis cometieron sevicias tanto en contra de la población civil de las fuerzas aliadas como en contra de la misma población alemana!
Para alguien que en el prólogo de su libro dice querer “creer en la Verdad” y dice empeñarse en “creer que (la verdad) acaba por triunfar de todo”, ¡ésta es una verdad plagada de mentiras!
La basura escrita por Joaquín Bochaca tiene consecuencias directas, palpables, en su propio país:
Compárese la fotografía de éste joven con la fotografía del joven norteamericano que aparece puesta casi al final del Post Scriptum del trabajo La Sombra del Yunque en USA. A excepción de las nacionalidades, ¡ambos representan exactamente lo mismo! Son la misma cosa, pero con fachada distinta.
La literatura de Joaquín Bochaca es una de las razones principales por las cuales en el 2007 la policía española calculaba que en España había ya casi 10 mil neo-Nazis, cantidad que seguramente seguirá creciendo conforme “la historia del mundo según Bochaca” se siga propalando entre las juventudes de dicho país, sobre todo las juventudes desempleadas sin tener nada mejor que hacer con su tiempo. Se trata de los mismos que asesinaron en Madrid a sangre fría a la indefensa dominicana Lucrecia Pérez, un crimen de odio racial que seguramente será justificado tarde o temprano por Joaquín Bochaca o por alguien como él inventando algo como “La cripto-judía Lucrecia Pérez estaba laborando secretamente para la implantación del comunismo en España, hasta que un grupo de nacionalistas españoles se interpuso para impedirle llevar a cabo sus planes”, lo cual es lógico esperar porque ¿acaso alguna vez ha criticado Joaquín Bochaca las agresiones brutales cometidas por esta clase de gente?
Hay abundante material en todos los libros de Joaquín Bochaca susceptible de ser desmantelado y reducido a trizas. Spectator desearía tener más tiempo para ello llevando a cabo una disección pre-mortem y post-mortem de toda su obra, pero ello no será posible en virtud de que Spectator ya tiene bastante teniendo que lidiar con las consecuencias de la basura que ha escrito Bochaca como para dedicarle más tiempo exhibiéndolo como el farsante que realmente es. De cualquier modo, con lo que hemos visto aquí es más que suficiente para darnos cuenta de la clase de literato manipulador que es. Y de cualquier modo, Spectator llevará a cabo un desmantelamiento de otro libro famoso de Joaquín Bochaca, El Mito de los Seis Millones, en un trabajo de próxima publicación. Si pese a las evidencias presentadas aquí todavía hay quienes insistan en creerle sus ficciones convirtiéndose en parte del problema en vez de convertirse en parte de la solución, eso ya será decisión de ellos.
Pese a ser extremadamente duro en contra de los judíos “sin ser antisemita” (según él), en ninguno de los libros escritos por Joaquin Bochaca hasta el presente (octubre del 2008) se ataca o critica a las sociedades secretas de la extrema derecha que como la Organización Nacional del Yunque y su quintaesencia los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara recurren a la clandestinidad, los pactos secretos y el anonimato reforzados con juramentos de lealtad al estilo de la mafia para infiltrar gobiernos establecidos creando una estructura paralela secreta y manipulando las redes del poder tras el telón (esto lo puede afirmar Spectator categóricamente porque aunque Joaquín Bochaca no haya leídos los trabajos de Spectator, Spectator sí tiene en su poder y ha leído en su totalidad todos los trabajos publicados por Joaquín Bochaca). Será porque tratándose de “nacionalistas”que estén involucrados en este tipo de actividades que constituyen una conspiración en todo el sentido de la palabra Bochaca no ve nada reprobable en ello. Esto estaría de acuerdo con la esquizofrénica mentalidad de los neo-Nazis de hoy quienes parecen decir: “si ellos (los judíos) hacen algo que yo también hago, entonces si ellos lo hacen es malo y reprobable, pero si yo también hago lo mismo entonces está plenamente justificado”, reemplazando la fantasiosa e inexistente “gran conspiración judía masónica comunista” que brotó del libelo apócrifo Los Protocolos de los Sabios de Sión con una conspiración que en cambio es algo tan real como los individuos sin rostro que están detrás de sitios neo-Nazis de Internet (como Metapedia) operando sin reposo las 24 horas del día para reclutar a su causa gente que se preste a la manipulación y que se deje engañar fácilmente.
Siendo así, lo único que sinceramente y de todo corazón puede desearle Spectator a Joaquín Bochaca (y otros como él) es que al morir su alma se vaya por el resto de la eternidad al mismo lugar en donde se deben encontrar el alma de Hitler y sus millares de admiradores que deben de estar juntito a su lado en el más allá por los siglos de los siglos haciéndole el saludo Nazi. Es lo justo, ¿no?
16 Comments:
Despues de todo lo escrito creo que estan realmente preocupados...eso me pone contento....
vaya memeces acabas de escribir... IGNORANTE !!!!!
Tanto miedo tienes?
Exacto, es una buena noticia de que se preocupen estos criticos de pacotilla a intentar desentrañar la obra de un autor para nada conocido en los ambientes del sistema o en el mercado bibliografico. Las ventas de libros de Bochaca en mas de treinta años son ridiculas si las comparamos con cualquier escritor comercial, por mala que sea su obra. Joaquin Bochaca es un escritor estupendo, tremendo, con una obra que eyacula una prosa con suficiente lirismo, información y trepidante emoción (la historia de detrás de las bambalinas, que todo el mundo es así, tramas y secretos, conspiraciones e intereses)y que las convierten en únicas en su genero.¿He dicho genero? Este hombre se ha atrevido y ha completado magistralmente ensayos sobre las mas diversas temáticas (históricas, bigrafias, holocausto, Segunda Guerra Mundial, economía, deporte, religión, racismo, problema judaico, actualidad, vivisección, etc etc.)y todas coronadas por una documentación y unas bases de datos increíbles, muy al contrario de lo que dice ud., basadas casi todas en fuentes de base contraria.
Es aqui imposible criticar la sarta de estupideces que vomita usted (ya me gustaría saber también quien le paga para ocuparse de autores perseguidos y minoritarios y obviar a los grandes fariseos de las editoriales del Sistema) cuál veneno intenta matar la verdad o una versión de los hechos. Cuando en Los crimenes de los buenos Joaquin Bochaca habla de los buenos refiriendóse a los Aliados no lo hace con la intención de decir que el Eje eran los buenos y estos los malos, con sorna y con una afilada ironía ataca al Bando Aliado(el Poder propagandístico actual) que estos si lleban 70 años diciendonos quienes liberaron Europa y eran los abanderados de la libertad y la paz y quienes perdieron la guerra y eran los malos malisimos que querian exterminar y dominar media humanidad. Vayas a una tienda, enciendas la radio, te compres un libro, un periodico, o mires un reportaje de televisión, todo ABSOLUTAMENTE TODO desde hace 60 años está contado de forma patética y grotesca desde el punto de vista de los Aliados. Los nazis eran los malos y los culpables de todo lo malo que hemos heredado del pasado, y resposables de todo lo malo que sucede hoy dia inclusive lo que sucederá. En cambio los aliados, los mismos que bombardearon Berlin, Colonia, Dresden o Hiroshima son los mismos hijos de putas que hoy dia bombardean Belgrado, Kabul, Hanoi y Bagdad, y los mismos que igual que antaño siguen despreciando al genero humano en sus guerras imperialistas no por racismo, ni por expansión hacia el este, ni por recuperar territorios injustamente robados en la Gran Guerra, sino con la intención de esclavizar a la Humanidad y de expoliar todo cuanto sea fuente de riqueza. Pues estos mismos bastardos de los que hoy dia apenas se hablan de sus crimenes, son los mismos que mediante actos que podrian tipificarse como crimenes de lesa humanidad y de guerra asesinaron a mas de 15 millones de civiles europeos, impunemente. Esto es lo que denuncia Jaquin Bochaca. E no justifica los crimenes alemanes, simplemente desentraña a los que el Sistema nos machaca diariamente diciendonos hasta la saciedad que eran los buenos(y de los que sus crimenes se han silenciado hasta el extremo de no haber existido jamás y de no constar en ningun sitio)explicandonos la verdad que nos esconden estos Judas modernos globalizadores e imperialistas.
El libro está dividido en tres partes: Crimenes contra la Paz, Crimenes de Guerra y Crimenes contra la Humanidad. Y a partir de ahí va desgranando los crimenes cometidos por el bando aliado, basados en fuentes salidas para demostrar que los aliados cometieron autenticas atrocidades y que las victimas se pueden contar por millones y de los que NINGUNA PERSONA HA SIDO JAMÁS JUZGADA. Por eso llegamos a la conclusión de que los jerarcas nazis no fueron juzgados por crimenes sinó únicamente por haber perdido la guerra. Ya que si se hubiera juzgadoa todas las partes que cometieron atrocidades la Justicia Universal hubiera tenido que colgar a centenares o millares de lideres, politicos, militares, comisarios politicos, aviadores y burócratas americanos, británicos, franceses, soviéticos, polacos, checos, canadienses y un largo etzétera de súbditos de países aliados.
Asi que menos mentiras, y menos manipulación. Nosotros los europeos lucharemos por nuestra libertad, por nuestra Patria(en mi caso España) para librarnos de esa gran mentira que domina el mundo, de esta gran bestia que tiene mil cabezas y que solo sirve al mismo dios: al Sistema Capitalista y a la sucia Usura que está condenando a la ruina a todas las naciones y economías solo para satisfacer el hambre insaciable de unos cuantos centenares de familias de genocidas financieros que desde 1945 tienen a todo el planeta esclavizado.
-Por la nacionalización de la Banca y la socialización del Crédito.
-Por la Socialización de los Medios de producción y la autogestión de las empresas por los obreros de forma compartida en un estado Corporativo y Cooperativista.
-POR EL FIN DE LA INMIGRACIÓN QUE ESTÁ SUFRIENDO eUROPA DESDE HACE DECADAS Y QUE ESTÁ PROVOCANDO LA RUINA MORAL, RACIAL, ECONÓMICA, SANITARIA, CULTURAL DE eUROPA Y ESTÁ DEVASTANDO NUESTRO BIENESTAR por sus crimenes y por la precariedad que están ocasionando al empleo.
- Por la verdad suprema, el reconocimiento de la historia y de sus verdaderos mártires y por el fin del Sistema Capitalista, Globalizador y plotocrático que está exprimiendo nuestras energias solo para provechos sucios, denigrantes, esclavizadores y económicos.
-Por el fin del Sionismo y de cuantos sistemas e ideologias criminales azotan el mundo desde hace 60 años.
Y sobretodo por la libertad de nuestra Europa y la destrucción de los buitres que nos quieren someter hacia un 1984, un drama orwelliano que se está haciendo realidad con su control, su terrorismo provocado y su propaganda barata por los mass media.
Por una EUROPA BLANCA, POPULAR,y NACIONAL!!
POR EL SOCIALISMO PATRIOTICO !!!
(Y ahora como no tendrás ni el valor ni la coherencia de publicar este comentario porqué los mercenarios como tú,solo servis a la mentira, a los poderosos y a la razón de los idiotas, que te aproveche. Jamás acabareis con nosotros,como de momento tampoco habeis podido silenciar ni nuestra voz, ni los hechos que con orgullo seguimos publicando, en favor de la libertad y el conocimiento verdadero de la historia de nuestro pueblo. )
jaja se acaban las mentiras, triunfa la verdad! el que escribio esto le falta mucho para criticar a bochaca
Joaquín Bochaca en un país serio estaría en el talego, igual que otros nazis españoles que encima consiguen que cambien las leyes españolas sobre los delitos de opinión del Holocausto.
Es una pena que el Mossad no haya decidido poner a buen recaudo a Bochaca, Mota, Milá y otros cerdos de la misma especie.
Los Guerreros de Israel
Joaquin bochaca es lisa y llanamente un hijo de puta. Y hay que matarlo.
Hay otro escritor del que me gustaria que comentase algo, Spectator, un tal Jean Lombard, autor de una voluminosa obra sobre conspiraciones
En relación a la petición hecha por el comentarista que pidió aquí el lunes 29 de junio del 2009 que se comentase algo acerca de Jean Lombard, dicha petición ha sido contestada y está disponible en la entrada Venenos y antidotos publicada el 16 de julio del 2009 y que forma parte de la serie Las Crónicas de Spectator en las cuales se está dando seguimiento y actualización a los sucesos y hechos recientes sobre los que se considera que vale la pena documentarlos de alguna manera.
Bueneo, yo no niego que he leido la información que el señor Bochaca ha escrito, sin embargo tampoco descartaría por completo lo que él escribe.
Hay personas a las que se les da mucha publicidad y que sin embargo sus afirmaciones son muy cuestionables.
Ahora, para poder desmentir una cosa en lo particular, me gustaría que también explicaran desde su punto de vista que significa que hombres que "no son" ni por una centesima de inclinación considerados como NAZIS, opinana que "EL SIONISMO SI EXISTE".
LES AGRADECERIA UNA PRONTA RESPUESTA EN ESTA SECCIÓN DE COMENTARIOS.
Gracias.
Por favor publiquen mi comentario lo mas pronto posible. Me gustaria conocer más sobre sus puntos de vista.
El Sionismo sí existe, ¡claro que existe! Eso es algo que Spectator NUNCA ha negado en ninguno de los trabajos que ha publicado, y quien afirme lo contrario tendrá que probarlo. Y, desde luego, millares y millares de hombres que “no son” ni por una centésima de inclinación considerados como NAZIS, empezando por los mismos judíos tanto aquellos diseminados alrededor del mundo como aquellos que viven en el estado de Israel, no sólo opinan sino reconocen plenamente que “EL SIONISMO SI EXISTE”, a ello se debe la fundación de Israel como nación-Estado. Si estamos hablando del Sionismo, definido como “el movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en los territorios de lo que antes de la diáspora (dispersión) era la tierra en la que habitaban los ancestros de los judíos actuales”, movimiento fundado no en secreto como proclaman algunos ignorantes de pacotilla sino abiertamente a la luz del día a fines del siglo XIX por el judío austro-húngaro Theodor Herzl, entonces ¡claro que el Sionismo existe! Pero de ello a la zarandeja fantasiosa cultivada por la extrema derecha mundial de que el Sionismo es “una gran conspiración judía masónica comunista para la conquista del mundo por artes maquiavélicas” hay un trecho tan grande como el que separa a los verdaderos académicos universitarios de las bestias de carga que no sólo son incapaces de razonar por cuenta propia, ni siquiera son capaces de razonar. Y entre estos últimos sin lugar a dudas el que ocupa el primer lugar en la lista del “deshonor” es el neo-fascista Joaquín Bochaca, el irredento adorador de Hitler que, ese sí, puede ser considerado como NAZI, por mucho más que una centésima de inclinación.
Quiero citar un párrafo del sitio http://www.gestiopolis.com/canales/emprendedora/articulos/no11/Rockefeller.htm que dice lo siguiente: "Algunos detalles: Rockefeller fue descendiente de inmigrantes judío-alemanes llegados a Estados Unidos en 1733". ¿No es judío entonces? Cuando se habla de judíos se refiere no solo a la religión sino también a la descendencia. Por otro lado, cito también al sitio http://www.solidaridad.net/imprimir1604_enesp.htm que dice esto: La Comisión Trilateral fue fundada en 1973 por David Rockefeller grado 33 de la masonería: el máximo grado que se puede alcanzar.
Todos sabemos que la Masonería tiene muchas acusaciones de Conspiración, algunas fundamentadas y otras no, y otras que han sido "reconocidas" como la participación en la Revolución Francesa y en los movimientos independentistas en América (Francisco de Miranda era Masón, fundó La Logia Lautaro, integrada también por Santiago Mariño, Andrés Bello, Luis López Méndez, Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins, José María Caro, José de San Martín, Tomás Guido, Francisco Isnardi, Ambrosio Plaza Farfán, José Cortes de Madariaga, Juan Pablo Fretes, Bernardo Monteagudo, José Antonio Alvarez Condarco, entre otros).
Así que Rockefeller: Judío descendiente+Masón+Capitalismo ¿Sugerente, no?
Amigo realmente te agradezco tu interes y ataque a este mentiroso empedernido y explotador de la juventud llamado joaquin bobochaca o joaquin bocazas un cretino copista de las sandeces de otros, ya que si nos ponemos a analizar las obras de esta cabron hijueputa de bobochaca no hay idea suya propia, es un mero coleccionador de ideas de otros locos nazis, te felicito por tu labor verdaderamente te felicito y sigue adelante, no hagas caso de los tarados mentales que te atacan tu labor es valiosa ya es hora de desenmascarar a estos hijos de puta como este bobochaca.
Amigo simplemente
!!!!felicitaciones¡¡¡¡ que bien que al final mentirosos contumaces y cretinos como ese borrego de la mierda hitlerista y ese despreciable inmoral explotador de jovenes descarriados llamado joaquin bochaca sean denunciados y combatidos, yo conoci personalmente esos malditos ambientes donde estos orates son adorados, llenos de gente criminal, llenos de locos y en medio de todo eso borrego y bobochaca haciendose ricos vendiendo sus libracos basura, te felicito por tu iniciativa y te recomiendo que tomes otro tipo de acciones te recomiendo que ahora en España varios de los kameraden de bochaca van a ir a la carcel, si tu contactas a algun grupo antifascista de España podrias lograr que este insano mental de bochaca sea encerrado, no desmayes contra estos nazis malditos y nuevamente te felicito por tu lucha.
Amigo,una maravilla este blog.
Hacía falta que alguien destruya este "mito" de los neonazis, que cada día aumentan y aumentan, llenos de ideales,mas incautos que una oveja,guiados por lideres verdadermente maquiavelicos hacia quien sabe que objetivo.¿Nuevo Orden Mundial?Me temo que si. Y esa si es "la conspiracion",aunque "bastante aria" ésta.
Este desgraciado deberia ser procesado judicialmente por calumnias y falsas acusaciones, por incitar al odio de razas, falso testimonio,es demasiado.
....
ÚLTIMAS NOTICIAS:
Se descubrió el origen judío de Joaquín Boachaca: Es en realidad Jacques Abraham Bochstein, de descendiente franco-germano-judío, al servicio de la conspiración judeo-masónica-comunista, infiltrado en los leales camaradas con tal de mentir y distorsionar la causa sagrada.Se ordena a los fieles camaradas NS leales al ideal, difundir esta información cuanto antes y hacer un boicot a Librería Europa por venderse a este fraude judeo-bolchevique.
jajja,un poco de humor nunca hace mal.Ese tipo de declaraciones están en cada página,este es judío,este también,este tiene contactos hebraicos,etc.
Un bodrio de libro,siempre disponible para atontar incautos.
No hagas caso a los tontos útiles neonazis que postean con nombres de fascistas de línea dura,admiradores de "grandes líderes".
En relación con las observaciones vertidas por el comentarista Totenkopf el 1 de noviembre del 2009 (Spectator ofrece sus disculpas por la tardanza en contestar), se remitieron desde hace ya buen tiempo a la American Historical Association las “pruebas” proporcionadas por el comentarista Totenkopf sobre el supuesto “judaísmo” del magnate petrolero John David Rockefeller. En la American Historical Society todavía se están muriendo de la risa ante estos burdos intentos por transformar a como dé lugar a Rockefeller, cuya genalogía está muy bien documentada, ¡en judío! Se señala con justificada razón que a diferencia de la intolerante España “católica” que jamás mostró respeto alguno hacia las creencias religiosas de los demás obligando a los judíos a convertirse por la fuerza al catolicismo oficial abandonando con ello su religión milenaria de años so pena de enviarlos a la hoguera en caso de que la “Santa” Inquisición los descubriese practicando a escondidas su fé, misma intolerancia en cuestiones religiosas que llevó a los Reyes de la España “católica” a hacerle lo mismo a los musulmanes expulsándolos de la península ibérica, misma intolerancia que llevó a los Reyes de la España “católica” a saltar los océanos enviando al otro lado del globo terráqueo a sus hordas de Conquistadores saqueadores con instrucciones de destruírle en su totalidad sus creencias religiosas a todas las tribus indígenas de los lugares en donde llegaron, en la ciudad en donde se instalaron los primeros Rockefeller cuando recién llegaron a América siempre ha existido un respeto total hacia todas las creencias religiosas, lo cual hizo posible que hayan convivido en la misma ciudad tanto protestantes como judíos como musulmanes como bautistas como católicos como anglicanos. En las ciudades de Cleveland y Nueva York los judíos jamás han tenido necesidad alguna de practicar sus creencias religiosas en secreto por la sencilla razón de que en esas ciudades jamás padecieron una calamidad como esa calamidad de calamidades conocida como la Santa Inquisición ni hubo jamás decreto de expulsión alguno en contra de quienes no adoptaran cierta fé ya sea por las buenas o por las malas. En las ciudades norteamericanas los judíos practican libremente su fé y van a sus sinagogas sin temerle a nadie, sin tener que andarse escondiendo de nadie, y se identifican como tales sin que eso sea motivo de dificultades para ellos. Si los Rockefeller hubieran sido judíos, no había razón alguna para esconderlo, ciertamente no en un país como Estados Unidos. Se señala correctamente que se podría llevar a neofascistas de línea dura a las iglesias a las que han asistido los Rockefeller por generaciones enteras, pero ello no convencería en nada a los neofascistas revisionistas. Se señala que se les podría llevar a todas y cada una de las tumbas en donde descansan los Rockefeller que han fallecido para comprobar que en ninguna de ellas hay inscripción judía alguna, pero esto tampoco bastaría. Se señala que se les podría dar la relación de las escuelas que los Rockefeller han atendido así como la relación de sus actas bautismales, pero esto tampoco bastaría. Y nada los convencerá porque son gente de cabezas duras en las cuales no entran razones que vayan contra sus creencias. Perder el tiempo con ellos es perder el tiempo. Y se dijo que si lo que quieren estos alucinados es citar cualquier fuente que les apoye en sus desvaríos, además de citar a tipos como David Irving, Robert Faurisson, Romanescu y Salvador Borrego pueden citar también al National Enquirer, un pasquín tabloide que se vende en casi todos los supermercados y puestos de revistas de Estados Unidos. Mientras tanto, los miembros de la American Historical Society no desperdician su derecho a seguirse muriendo de la risa ante las creencias de tipos como Totenkopf y los fantasiosos literatos que les han metido todas esas ideas raras en la cabeza.
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